domingo, 30 de septiembre de 2007

Reglamento de mi cuarto.


1.- Ama a una mujer o a un sueño.

2.-Ama a tu patria, no por el nombre ni por el que gobierna, sino por el suelo que pisas.

3.-Dí la verdad…cuando sea prudente.

4.-No tengas miedo y defiende tus valores e ideales.

5.-Enfrenta tus temores, no huyas.

6.-Siempre es mejor sufrir que darse por vencido.

7.-La hermandad se gana, no se nace.

8.- Cuando ya no puedas más y estés a punto de caer, trabaja un poco más, date esa oportunidad.

9.-Lucha con todo el corazón por lo que quieres, nunca cejes.

10.-Podemos ser unos genios, pero no es suficiente, hay que esforzarse.


Atte. Antonio. (Pan) 23 de Septiembre del 2007.

viernes, 28 de septiembre de 2007

Jaime Sabines

Jaime Sabines

Espero curarme de ti

Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte,
de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las
prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo,
abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No
es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se
puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado
sobre la tierra y se les puede prender fuego.
Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado.
Y también el silencio. Porque las mejores palabras del
amor están entre dos gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo
del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero
cuando digo: "qué calor hace", "dame agua",
"¿sabes manejar?", "se hizo de noche"...Entre las gentes,
a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho "ya es tarde",
y tú sabías que decía "te quiero".)

Una semana más para reunir todo el amor del tiempo.
Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú quieras:
guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve,
es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas.
Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio
para entrar a un panteón.

jueves, 27 de septiembre de 2007

Arrancarte la ropa con fuerza y sin temor,

Recorrerte toda con mis manos,

Disfrutar de tu aroma y de tu piel,

Reencontrarme con tus piecitos,

Y las curvas de tus piernas,

Amar tus caderas y seducirte…

Seducirte al extremo, y entre tus piernas perderme,

Perderme en el camino que me lleva a ese espacio chiquito llamado ombligo,

Hasta alcanzar el pie de tus senos(de esa bella montaña),

Que nos envuelve en locura,

Descender por la fragancia de tu cuello,

Al borde de tu oído, sensible a más no poder.

Aplicar un masaje completo a tu espalda,

Pagado con un cheque posfechado,

Y con el delirio del amor.

Y al final del cuento un tierno beso,

Lleno de historias y recuerdos,

De odio, comprensión y pasión,

De ayeres que se fueron,

De los hoys, en los que no estás,

Y de mañana que será un nuevo día y un nuevo despertar,

Sin ti.

domingo, 16 de septiembre de 2007

Blues funerario (W. H. Auden)


Detengan los relojes, desconecten el teléfono,
denle un buen hueso al perro, así no ladra,
hagan callar el piano, y con tambores sordos
saquen el ataúd, que entre el cortejo.

Que una avioneta vuele sobre nuestras cabezas
escribiendo en el cielo el mensaje: “Él ha muerto”.
Con cinta oscura al cuello suelten palomas blancas;
que lleven guantes negros los agentes de tránsito.

Era mi norte y sur, mi este y oeste,
mis días laborables, mi descanso del domingo,
era mi mediodía y medianoche, mi música y mi charla.
Creía que el amor iba a durar por siempre: Estaba equivocado.

Perdieron las estrellas su utilidad: apáguenlas,
empaqueten la luna, desmantelen el sol
vacíen el océano y arrasen con los bosques;
que ahora nada bueno puede hacerse de nada.
Te sienta rara la vida cuando el mundo te abre las puertas y tu no quieres salir,
te da de par en par la oportunidad y no puedes huir,
de tu soledad, de tu ignorancia, de tu burbuja de cristal.