domingo, 5 de abril de 2009

Traductor de suspiros


Traductor de suspiros

Al llegar por la noche a casa, cansado, harto y con ganas de desaparecer del mundo y regresar al día siguiente, en cama, con nuevas fuerzas y con los problemas resueltos. Eso es lo que muchos deseamos y nunca decimos, en su lugar dejamos escapar un suspiro lleno de esperanza, suplicando inconcientemente que se vuelva realidad. Pronto.

Es la misma sensación cuando miras los ojos de alguien y no puedes dejar de pensar en todo un mundo posible, pero solo en sus ojos, y deseable lo más infinito conocido. Y el mismo sentimiento cuando no puedes decir: T_ _ _ _.

Cuando haces el amor y las palabras sobran, cuando un silencio cruza dos cuerpos desnudos y una mirada profunda, inexistente en la obscuridad. Un ángel que acompaña esos momentos y un suspiro son lo más parecido a una declaración de amor, que traducido a palabras no sería más que un absurdo.

Sería muy peligroso el poder traducir los suspiros, ¡¿Te imaginas?! Sería el mundo un caos incapaz de guardar secretos.

La respuesta es sencilla: seguir confiando en la intuición del mago detectivesco observador que llevamos dentro.