Beto bodoque.
Nueve lunas han transcurrido y en su carro de plata cada vez y en cada una, desde Calíope hasta Polimnia han visitado tu lecho. El tiempo adelgazó yt la esperanza creció. Aumento la alegría y con ella el temor.
Durante tu presente ausencia, buscamos tu nombre, el nombre ideal, si damita fueras, Julieta te llamarías y si acaso varón, Roberto serías, mas el galeno sin premura anunció que no serías varón y con el corazón en las manos y el ánimo en su esplendor lloramos de felicidad.
Así pues, consentimos que a tu llegada todo estaría preparado y planeado, desde tu ropa, tu comida y educación, hasta los presentes, los pretextos y los besos llenos de amor, que con el tiempo, conforme creces los odiarás más y más.
Con tu presencia traerás paz y conflictos, batallas campales, por saber a quién le tocará cambiarte de par en par, también alegrías miles y ternura sin precedente.
En el mes de Augusto llegaste, sin prisa, con el alba, y no sólo fue sorpresa y grata tu llegada, sino asombrosa la deducción que hicimos al admirar que no eras niña sino varón.
Con deseos y recomendaciones divinas te mostramos al mundo para que lo cubras con tu ser.