Hoy mire los ojos más hermosos que he visto, sentía como si estuviera en el cielo cuando su mirada se encontraba con la mía. No podría describirlos, incluso el intentarlo sería en vano, no existen palabras para tal hermosura. Tan mal me puse a la hora de intentar hacer contacto con ella, que ya parado me temblaban las piernas, y discutía conmigo mismo sobre si tenía el valor, si era el único momento, que no fuera miedoso, y otros delirios de novato. Ella sacó su libro de historia y filosofía de la biología, y comenzó a leer, de vez en vez, ella levantaba su mirada para terminar en la mía.
Sus ojos me cautivaron, y me encantarνa creer que fue por la insistencia de mi mirada cuando ella aún estaba en la parada del camión esperando al susodicho (camión), y yo en el trolebus sólo miraba sus ojos, y en el último instante la vi titubear y subir al trolebus, no se cσmo explicarlo, me encantara pensar que fui yo.
Al final, a una parada de bajarme, lo hice, siempre es de la misma forma, como si mi cerebro se desconectarα de la racionalidad y actuara por propia voluntad, siempre sucede de la misma forma, y le dí un papel con mi nombre y el pensamiento que le robe a Mario el día de hoy: “tienes los ojos más hermosos que he visto”, era tan buena que ninguna otra se me ocurrió, lástima por mí, ahora ya se me ocurrieron nuevas ideas y muy buenas. Ah! También le di mi número de celular y una petición a tomar un café, un dulce, cualquier cosa por ver sus ojos de nuevo.
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