Hay días en los que la tecnología es solo un estorbo para la vida. Intento comprender el porqué me pasa esto a mí, el porqué soy tan desdichado sin ella. De no poder moler a palos a alguien, de que el poema perfecto no es mi pase de entrada a un mundo que ya no me pertenece.
Me he jugado la última carta de mi vivid a tu lado. No ha sucedido nada. Sigo aquí, sin ti, sin una llamada, sin señales de vida. Mi más poderosa carta no tuvo ningún efecto en ti. Ya no. Eso sólo significa que no hay marcha atrás, ¿o no? La vida continúa y el mundo sigue girando, pero para mí, tiene el mismo tono gris que cuando te largaste de este corazón.
Ojalá te murieras por regresar tanto como yo lo anhelo. Arjona no hace más que ponerme los pies en el suelo, pero al mismo tiempo me da de bofetones con un par de canciones.
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