martes, 17 de junio de 2008

13 de junio 2008


Hace un año que ocurrió su partida, provocada o no, se fue.
El tiempo transcurre, los días a cuentagotas cruzan el calendario,
los semestres continuasn y los examenes no cesan,
miro al pasado, sopeso el presente y tiemblo ante el futuro.
Extraño la seguridad, la tranquilidad de la costumbre, el cálido amor,
el tan conocido dolor. La infidelidad ya no ronda mi cuerpo, es libre, es fugaz,
es humano.
Acontece que ignoro mi vida, mi porvenir y compongo vagos sonetos parecidos al dolor.
Miriadas de recuerdos, "flashasos" de instantes que me secuestran del ahora a tiempos dispares.
Un año de ausencia, un par de semestres que albergan momentos que marcan mi vida.
¿Me pregunto si existe un después después hoy?
escribo sin pensar, razono sin estar, acontezco como sucesos individuales, en un mundo, que si no es universal ni ecuménico, al menos es.
Pensamientos positivos.
Caminos por los que luchar sinlastres ni temores, sin costumbres ni dolores.
Sin pequeñines a los que extrañaría, pero que no están.
Sin una niña por la cuál rezar cuando no está.
Sin miedo a conocer.
Sin miedo a mi; difícil cuestión.
Tan cerca de un paraíso del cual nunca creceré, tan cerca de un cuerpo que adoro, tan cerca de un amor exquisito y detestable, chocante y harto cansado.
Tan lejos de la verdad, tan lejos del cielo, del amor, de la deliciosa costumbre y la seguridad.
Tan lejos de lo que representa para mí, tan cerca de su cuerpo que no es sino una estatua que representa anhelos y deseos, odios y temores, inseguridades y dichas, fuerzas y ardores, pasiones y adioses, rezos y realidads, tiniebals y luces, noches y días, lunas y soles.
Verdades y Mentiras.
Antonio.

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