Comenzaré diciendo que mi primera idea totalmente extrema fue ofrecer una postura en defensa del imperialismo, que no sólo somos parte de ello, sino que una de las dos grandes culturas que admiramos fue en su mayoría temporal un imperio. Y empezaba así:
El imperio romano fue el estado de mayor tamaño que haya conocido nunca la euroasia occidental. Durante 400 años se extendió desde la muralla de Adriano hasta el Eufrates y transformó la vida de los habitantes circunscritos a sus fronteras.
Sistemas entrelazados que le daban el nombre de Imperio Romano, fortalezas, redes estratégicas y ejércitos profesionales entrenados bajo una ideología. Colonia o país tercermundista, petróleo o diamantes, dominación del sistema de transporte de ideas, personas, comunicaciones que gracias a la guerra todos tenemos una porción de ellas a nuestro alcance y un ejército profesional de fuerzas de élite y la más alta tecnología le ponen a la cabeza del mundo. Además, las fuerzas romanas no tenían reparo en aniquilar a cualquier vecino que no respetase sus reglas “pax augusta”. 1500 años desde entonces nadie reclama nada al respecto, ni las muertes ni la expansión ni Green Peace ha abierto una sección histórica en donde detalle la explotación de bosques enteros para la creación de armas de asedio. Es sólo historia ni un grito, ni una petición de ayuda o auxilio. Sencillamente muchos concordarán en que no hablaban el idioma del Imperio. Y no por eso no fueron aplastados.
Continuando con el excursus, preguntaría:
¿El imperialismo es un fenómeno o un hecho?
Yo creo que es un hecho, tiene estructura, lógica, funcionamiento y consecuencias.
Y así iba a continuar con un “debraye” bastante extenso y lleno de sandeces, pero un par de llamadas telefónicas hicieron la diferencia. Y comienza así:
Sí, aún existen resquicios de dependencia de las ahora naciones independientes.
Concuerdo en que es torpe e insensato reprimir y ocultar los problemas, es mejor confrontarlos y comprenderlos. ¿Por qué esa necesidad recíproca de las excolonias por sus ex patrones? Sencillamente, por como lo veo, fuimos creados bajo una estructura, una costumbre y un régimen idéntico.
Pocas son las personas consientes que comprenden que el mundo esta sumido en un estercolero de intereses egoístas, que de hecho, al saberlo en esa posición, nos hacen temblar del miedo, cruda realidad. Por desgracia no existe plan B para el mundo, echando a perder se aprende: Grecia, Roma, Bizancio, edad media, resurgimientos, guerras mundiales y la panacea del hoy.
Los esquemas del pensamiento imperialista siguen siendo enseñados tanto en oriente como en occidente.
Algunos opinan que era mejor conocido que malo por conocer, que nuestros problemas radican en nuestra ignorancia, y…tal vez sea cierto, por eso existe la maldita esperanza, buena o mala, y el conocimiento.
¿A cambio de progreso, orden, estabilidad y modernización se aceptará, muerte, genocidio, tortura, sumisión y esclavitud? O tal vez sea que no somos capaces de apreciar su magnanimidad.
Por alguna razón que no queremos ver, parece que estamos en una etapa colonial posmodernista del siglo XXI.
Todas las naciones que no son potencias, son dignas de ser sometidas.
Las potencias suelen haber dejado a sus colonias, pero siempre habrá un lazo subjetivo que las unirá a ambas de forma ideológica. Por la misma razón nos es difícil imaginarnos en un mundo que no haya los regimenes económicos, políticos, sociales y culturales. Tal vez en un comunismo o socialismo, que, personalmente, ninguno me es muy apetecible.
¿De qué lado alzamos la voz, del de los quejumbrosos o del de los activos? Ya no hay en el mundo lugares a los que huir, a todos llega la comunicación o el sistema de correos mexicano. No parece, estamos encerrados en un juego que queramos o no tenemos que jugar, la pregunta es: ¿Luchamos o cedemos?
Las colonias son como niños chiquitos, que dejados a su libre albedrío, toman la decisión de crecer, ya sea en la democracia, en la demagogia o en la tiranía. “Ves la paja en el ojo ajeno y no en el vuestro” ¿Hasta que punto podemos considerarnos objetivos, si estamos dentro del sistema? ¿Cuál es nuestro punto de referencia?
Si ni el mismo Rushdie se reconoce capaz de comprender la magnitud de su propia experiencia. Bajo que argumentos nosotros intentaremos abrir los ojos. Con que armas contamos nosotros: libros y voces que se alzan para decir ¡basta!, para decir ya no, para oponer resistencia, para decir ¡NO! Mentes libres que piensan por si solas. Todo esto contra todo el complejo y apabullante sistema de sugestionamiento por parte de los sistemas de comunicación: revistas, libros, incluso instituciones que crean y promueven el pensamiento de ultraderecha.
Para algunos bárbaros como yo, no alcanzamos a comprender el texto de Conrad (Corazón de las tinieblas) a primera instancia, sin embargo, una dosis de miedo le levanta el ánimo a cualquiera.
¿Será verdad que todo radica en lo burdo y lo absurdo del egoísmo humano, de obtener más que los demás, de suplir estatura con poder, de comprar tierras con vidas, diamantes por familias, un sistema de vida a cambio de pueblos enteros?
Ahora existen movimientos, literatura y teoría de resistencia intentando frenar al monstruo del que formamos parte.
Mi conclusión de la defensa que nunca lleve a cabo, no por convicción sino por circunstancias es:
Todo aquél, que este libre de celular, computadora, Internet, cable, teléfono, ipod, palm, tenis adidas, que lanze la primera pedrada.
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