Extrañando el alcohol que no recorre mis venas, cansado de sentir tranquilidad, pensando en ella, en sus palabras, en su ausencia. No puede ser.
Me preocupa que el tiempo pase y mi mente retenga su recuerdo y sus palabras, sus correos mis manos y sus ojos mi memoria.
Oriundo de en lugar en el que se extinguen los románticos empedernidos y de las bellas flores, de los planetas extraños e inhabitables, de allí soy.
Trenes que se van, aviones que no abordo, coches que llegan, un taxi que no está. Transportes que no cumplen su función, ingratos elementos que no adivinan mi pesar y menos me llaman a ocupar un lugar para partir.
Incluso ahora necesito un cigarro, necesito del vicio y la basura, de la frescura de la noche y de lo extenso de las palabras. Requiero paz y aburrición. Mentira, calro que no. Desaparecer un instante, de nuevo.
Vendimias y pasteles, jajaja, Nada que ver, la locura no nos pertenece sino nosotros a ella y a sus manías, minimas o nimias, no es importante, al menos no para uno, sino para algún tercero.
Extrañando ausencias. Patético.
2 comentarios:
y yo te extrañandote!
deberías treparte a una lanchita y dejarte llevar, sólo; sin pensar cuál es su destino
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