A pesar de no creer en un único dios,
cada vez que el miedo a perderte o a que algo malo te pasara,
le pedía a aquello encargado del destino y de los hombres,
le rogaba muy dentro de mi,
que cuidara de ti cuando yo no estuviera,
y ahora le pido lo mismo,
y no por que no puedas,
sino porque de verdad te amé.
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