jueves, 26 de julio de 2007

Tuve un extraño sueño.

Me enamoré,
conocí unos ojos que me devolvieron la vida,
cambiaron mis metas y mis espectativas,
en el sueño, olvidaba mis prejuicios del matrimonio
y la infidelidad, deseaba hijos y nietos,
una casa, una luna y tal vez un labrador.

Llegaba a anciano con ella a mi lado,
con la felicidd tomada de la mano,
cruzabamos oceanos de dudas,
galxias de miedos y temores,
cruzabamos las calles, con el amor de tu vida a tu lado.

Las noches eran eternas, para alcanzar la felicidad,
los días tan cortos que deseabamos volver a empezar,
recuerdo un momnto en especial:
¿quieres casarte conmigo?
nos acababamos de besar, conocímos el cielo en mis manos frías,
y en tu esquiva mirada.


Pasaron los años, los exámenes, los semestres, los hijos, los nietos, las bodas, las reconciliaciones, los adioses,
y casi por poco, ser felices, y cómo dicen el día de tu vida:
"...por siempre, hasta que la muerte los separe"
e incluso más allá de los eones, estuvimos juntos.

Pero desperte entre tristeza y soledad,
entre las sábanas de esta cama individual,
con una almohada,
y la ansiedad
de que fuiste solo un sueño,
imperfecto
y mortal.

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